ORAMOS POR LA PAZ

Ayer, 23 de noviembre, se celebró la segunda vigilia de oración por la paz en la parroquia del Espíritu Santo, y queremos compartir contigo las oraciones, porque no siempre es fácil asistir debido a las distancias o los horarios, pero quizá puedas  rezarlas con tu comunidad, con tu familia o con el Señor.

Hoy se ha abierto una pequeña rendija  a la esperanza con el alto el fuego de cuatro días entre Israel y Hamas, pidamos porque pueda prolongarse y que ambas partes puedan subscribir un acuerdo de paz.

VIGILIA DIOCESANA DE ORACIÓN POR LA PAZ.

 
 MONICION ENTRADA
La realidad siempre desafía a los creyentes. Cuando esa realidad se opone a los planes de Dios, dificultando la construcción de su Reino, ningún cristiano puede quedarse de brazos cruzados. Los terribles hechos violentos que están aconteciendo en Tierra Santa desde el pasado 7 de octubre, la guerra de Ucrania y en tantos otros lugares, que por desgracia no encuentran eco en los medios de comunicación, nos interpelan en nuestra conciencia humana y cristiana.
¿Cómo permanecer impasibles e inmóviles ante la destrucción de los hijos de Dios? ¿Cómo permanecer impasibles e inmóviles ante la destrucción de la casa común?
El papa Francisco, en su viaje a Bahréin, el 4 de noviembre de 2022, decía que:
“En realidad, los dramas que sufrimos y las peligrosas laceraciones que experimentamos, «los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano» (Gaudium et spes, 10).
Allí está la raíz. Y, por lo tanto, el mayor peligro no reside en las cosas, en las realidades materiales, en las organizaciones, sino en la inclinación del ser humano a cerrarse en la inmanencia del propio yo, del propio grupo, de los propios intereses mezquinos. No es un defecto de nuestra época, existe desde que el hombre es hombre, pero con la ayuda de Dios es posible dominarlo”.
Elevamos nuestra plegaria a Dios para que los señores de la guerra, sean quien sean, “Silencien las armas, escuchen el grito de paz de los pobres, de la gente, de los niños. La guerra no resuelve ningún problema, sólo siembra muerte y destrucción. Aumenta el odio, multiplica la venganza. La guerra borra el futuro... Las víctimas aumentan y la situación en Gaza es desesperada, por favor, hagan todo lo posible para evitar una catástrofe humanitaria.”
El silencio de los muertos, el grito de los heridos, el llanto de las víctimas nos apremia. Así pues, hermanos y hermanas, recemos pues, como ha dicho el papa Francisco, QUEREMOS LA PAZ.
 
 
 ORACIÓN COMÚN (Juan Pablo II. 1 de enero del 2002)
Oh, Dios, Creador del universo, 
que extiendes tu preocupación paternal
sobre cada criatura 
y que guías los eventos de la historia
a la meta de la salvación; 
 
nosotros reconocemos tu amor paternal 
que a pesar de la resistencia de la humanidad 
y, en un mundo dividido
por la disputa y la discordia, 
Tú nos haces preparar
para la reconciliación. 
 
Renueva en nosotros
las maravillas de tu misericordia; 
envía tu Espíritu sobre nosotros, 
para que él pueda obrar
en la intimidad de nuestros corazones;
para que los enemigos
puedan empezar a dialogar; 
para que los adversarios
puedan estrecharse las manos; 
y para que las personas
puedan encontrar entre sí la armonía.
 
Para que todos puedan comprometerse
en la búsqueda sincera 
por la verdadera paz;
para que se eliminen todas las disputas, 
para que la caridad supere el odio, 
para que el perdón venza el deseo de venganza. 
 
 
MONITOR. Dejemos que la realidad nos interpele y nos remueva. Leemos datos de víctimas mortales en las guerras.
 
- Primera guerra mundial: entre 14 y 17 millones
- Revolución rusa: entre 10 y 15 millones
- Segunda Guerra mundial: entre 40 y 60 millones
- Guerra de Corea: aprox. 1,5 millones
- Vietnam: 2-3 millones
- Revolución cultural de Mao Tse Tung: 49-78 millones
- Conflicto palestino-israelí de 1988 a septiembre de 2023: 
Palestinos: 11.652.    Israelíes: 1.766
- Conflicto actual Israel – Hamas:
Palestinos: 10.163.     Israelíes: 1.400
 
- Guerra de Ucrania: más de 300.000 soldados rusos, más de 190.000 soldados ucranianos. Más de 25.000 civiles.   
 
 MONITOR: Escuchemos ahora al papa Francisco. (Bahréin. A los jóvenes. 5-noviembre-2022)
 
“Es necesario, entonces, aprender a distinguir su voz. La voz de Dios que nos habla. ¿Cómo aprendemos esto? ..., por medio de la oración silenciosa, el diálogo íntimo con Él, conservando en el corazón lo que nos hace bien y nos da paz. 
La paz es un signo de la presencia de Dios. Esta luz de Dios ilumina el laberinto de pensamientos, emociones y sentimientos en el que a menudo nos movemos. El Señor desea iluminar sus inteligencias, sus sentimientos más íntimos, las aspiraciones que tienen en el corazón, las opiniones que maduran dentro de ustedes.
Quiere ayudarlos a distinguir lo que es esencial de lo que es superficial, lo que es bueno de lo que es malo para ustedes y para los demás, lo que es justo de lo que genera injusticia y desorden”.
 
 
 ORACIÓN COMUN. (S. Juan XXIII)
Señor Jesucristo,
que eres llamado Príncipe de la Paz, 
que eres Tú mismo nuestra paz y reconciliación, 
que tan a menudo dijiste:
"La Paz contigo, la paz les doy."
 
Haz que todos hombres y mujeres den testimonio 
de la verdad, de la justicia y del amor fraternal. 
 
Destierra de nuestros corazones cualquier cosa 
que podría poner en peligro la paz. 
Ilumina a nuestros gobernantes 
para que ellos pueden garantizar 
y puedan defender el gran regalo de la paz.
 
Que todas las personas de la tierra 
se sientan hermanos y hermanas. 
Que el anhelo por la paz se haga presente 
y perdure por encima de cualquier situación.
 
 
 MONITOR: Seguimos escuchando a Francisco. (Bahréin. 4-noviembre-2022)
 
 
LECTOR
“Después de dos terribles guerras mundiales, después de una guerra fría que durante décadas tuvo al mundo en vilo, en medio de tantos conflictos desastrosos en todas partes del globo, entre voces de acusación, amenaza y condena, nos encontramos aún tambaleantes en el borde de un equilibrio frágil, y no queremos desplomarnos. 
Llama la atención una paradoja: mientras la mayor parte de la población mundial está unida por las mismas dificultades, afligida por graves crisis alimentarias, ecológicas y pandémicas, así como por una injusticia planetaria cada vez más escandalosa, algunos poderosos se concentran en una lucha decidida por intereses particulares, desenterrando lenguajes obsoletos, redefiniendo zonas de influencia y bloques contrapuestos.
De este modo, parece que estamos presenciando un escenario dramáticamente infantil: en el jardín de la humanidad, en vez de cuidar del conjunto, se juega con fuego, misiles y bombas, con armas que provocan llanto y muerte, llenando la casa común de cenizas y odio”.
 
 MONITOR: escuchemos atentos las palabras de Jacobo Israel Garzón. Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España.
 
 
 
“Los judíos y los cristianos reconocen, cada uno a su manera, que la situación de no-redención del mundo se refleja en la persistencia de la persecución, la pobreza, la degradación humana y la miseria. 
Aun cuando la justicia y la paz pertenecen en última instancia a Dios, nuestros esfuerzos conjuntos, unidos a los de otras comunidades de fe, contribuirán a instaurar el Reino de Dios que esperamos y anhelamos. Por separado y en conjunto, debemos trabajar para instaurar la justicia y la paz en nuestro mundo…
El trabajo conjunto entre las religiones, no sólo el judaísmo y el cristianismo, sino también, por supuesto, el islam, es necesario para ayudar a establecer un mundo en paz, con ausencia de disturbios, conflictos, violencia y guerra”. 
 
  MONITOR: escuchemos ahora las palabras de Mohamed Aḥmed al-Tayyib. Gran Imán de Al-azhar.
 
 
"No debemos desesperar, de que pronto llegará el día en que las relaciones entre Oriente y Occidente vuelvan a su cauce, estableciéndose así una relación de complementariedad y cooperación mutua, después de que las distancias se hayan acortado y las fronteras se hayan desvanecido, y después de que Occidente y Oriente ya no estén aislados el uno del otro, como ocurrió en el siglo pasado".
 
 
 
 MONITOR: disponemos ahora nuestro corazón para acoger en él la Palabra de Dios.
 
 
 LECTURA DEL PROFETA ISAÍAS 65, 17-25
Mirad, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; de lo pasado no haya recuerdo ni venga pensamiento, más bien gozad y alegraos siempre por lo que voy a crear; mirad, voy a transformar a Jerusalén en alegría y a su población en gozo;
me alegraré de Jerusalén y me gozaré de mi pueblo, y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos; ya no habrá allí niños malogrados ni adultos que no colmen sus años, pues será joven el que muera a los cien años, y el que no los alcance se tendrá por maldito.
Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán sus frutos, no construirán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque los años de mi pueblo serán los de un árbol y mis elegidos podrán gastar lo que sus manos fabriquen.
No se fatigarán en vano, no engendrarán hijos para la catástrofe; porque serán la estirpe de los benditos del Señor, y como ellos, sus retoños. Antes de que me llamen yo les responderé, aún estarán hablando y los habré escuchado.
El lobo y el cordero pastarán juntos, el león como el buey comerá paja. No harán daño ni estrago por todo mi Monte Santo –dice el Señor–.
 
 
 ORACIÓN COMÚN (San Francisco de Asís)
Señor, hazme un instrumento de tu paz: 
donde haya odio, ponga yo amor, 
donde haya ofensa, ponga yo perdón, 
donde haya discordia, ponga yo armonía,
 
donde hay error, ponga yo verdad, 
donde haya duda, ponga yo la fe, 
donde haya desesperación, ponga yo esperanza, 
donde haya tinieblas, ponga yo la luz, 
donde haya tristeza, ponga yo alegría. 
 
Oh, Señor, que no me empeñe tanto 
en ser consolado como en consolar, 
en ser comprendido, como en comprender, 
en ser amado, como en amar;
 
porque dando se recibe,
olvidando se encuentra, 
perdonando se es perdonado, 
muriendo se resucita a la vida. Amén.
 
 
EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 26,47-52
Todavía estaba hablando cuando llegó Judas, uno de los Doce, acompañado de gente armada de espadas y palos, enviada por los sumos sacerdotes y los senadores del pueblo. El traidor les había dado una contraseña: Al que yo bese, ése es; arrestadlo.
Enseguida, acercándose a Jesús le dijo: —¡Salve, maestro! Y le dio un beso. Jesús le dijo: —Amigo, ¿a qué has venido? Entonces se acercaron, le echaron mano y arrestaron a Jesús. Uno de los que estaban con Jesús desenvainó la espada y de un tajo cortó una oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús le dijo: —Envaina la espada: Quien empuña la espada, a espada muere.
 
PETICIONES. 
 
PRESIDENTE: 
Vamos a dirigir ahora nuestras peticiones al Señor. Pongamos en sus manos, con confianza y esperanza, nuestro deseo de paz y justicia, de perdón y reconciliación para todos los hombres, para todos los pueblos. Respondemos1. Para que permanezcamos firmes, con los pies y el corazón bien plantados en la tierra, capaz de una mirada atenta a la realidad y a las vicisitudes de la historia. OREMOS
 
R/Padre escuchanos
 
2. Para que, aunque los acontecimientos de nuestra existencia parezcan tan trágicos y nos sintamos empujados al túnel oscuro y difícil de la injusticia y el sufrimiento, mantengamos el corazón abierto a la esperanza, confiando en Dios que se hace presente, nos acompaña con ternura, nos sostiene en la fatiga y, sobre todo, guía nuestro camino. OREMOS
 
3. Para que la Iglesia, nuestra archidiócesis, sea una comunidad que continuamente busque el bien, la paz, la justicia y la verdad. Que la fe y la fidelidad a su Hijo de María nos guíen siempre. OREMOS
 
4. Para que nos mantengamos alerta, para que no sucumbamos a la tentación de encerrarnos en el miedo, el dolor o la resignación; que no cedamos a la distracción, al desanimo, sino que seamos como centinelas capaces de velar y distinguir las primeras luces del alba, especialmente en las horas más oscuras. OREMOS
 
5. Por la realidad social y económico. Por los que no tienen empleo, sobre todo por los más débiles y los más pobres. OREMOS
 
6. Por todas las realidades que son caldo de cultivo de la violencia, los conflictos y las guerras: los problemas generalizados de desequilibrio, injusticia, pobreza y marginación, la falta de libertad religiosa, los fanatismos e integrismos, el terrorismo, los ataques contra la dignidad humana. OREMOS
 
7. Para que sepamos cuestionarnos en nuestras seguridades, aprender, crecer y dejarnos transformar —de forma personal y comunitaria—; para que cada instante de nuestra vida sea un tiempo privilegiado para prepararnos al “día del Señor”. OREMOS
 
8. Por todas las víctimas de la violencia y la guerra. Por todos los pueblos y países enfrentados. Que el Señor transforme el corazón de los violentos y fortalezca y guíe el de los justos y pacíficos. OREMOS
 
 
 PADRENUESTRO
 
 
 MONITOR: nos despedimos con unas palabras de S. Juan Pablo II, que nos invitan a perseverar en la oración.
 
 
 TEXTO DESPEDIDA (Juan Pablo II. Jornada mundial de la Paz 2022, 14)
La oración por la paz no es un elemento que «viene después» del compromiso por la paz. Al contrario, está en el corazón mismo del esfuerzo por la edificación de una paz en el orden, en la justicia y en la libertad. Orar por la paz significa abrir el corazón humano a la irrupción del poder renovador de Dios.
Con la fuerza vivificante de su gracia, Dios puede abrir caminos a la paz allí donde parece que sólo hay obstáculos y obstrucciones; puede reforzar y ampliar la solidaridad de la familia humana, a pesar de prolongadas historias de divisiones y de luchas.
Orar por la paz significa orar por la justicia, por un adecuado ordenamiento de las Naciones y en las relaciones entre ellas. Quiere decir también rogar por la libertad, especialmente por la libertad religiosa, que es un derecho fundamental humano y civil de todo individuo.
Orar por la paz significa rogar para alcanzar el perdón de Dios y para crecer, al mismo tiempo, en la valentía que es necesaria en quien quiere, a su vez, perdonar las ofensas recibidas.