Ante un Dios Compasivo y Misericordioso
Corazón sensible
Todo miembro de la Iglesia católica debe hacer suyas las palabras de Francisco: “Los migrantes me plantean un desafío particular por ser pastor de una Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos. Por ello, exhorto a los países a una generosa apertura, que en lugar de temer la destrucción de la identidad local sea capaz de crear nuevas síntesis culturales. ¡Qué hermosas son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes, y que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo! ¡Qué lindas son las ciudades que, aun en su diseño arquitectónico, están llenas de espacios que conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro!" (Evangelii Gaudium 210). Si tenemos en cuenta que muchos refugiados sirios son musulmanes, no debemos olvidar que el mismo Papa Francisco dice que “los cristianos deberíamos acoger con afecto y respeto a los inmigrantes del islam que llegan a nuestros países, del mismo modo que esperamos y rogamos ser acogidos y respetados en los países de tradición islámica” (Evangelii Gaudium 253) (Carta Pastoral del Arzobispo de Madrid con motivo de la Constitución de la Mesa por la Hospitalidad de la Iglesia de Madrid).
Mano pronta
No renunciemos a nuestra especificidad. Encontrarnos solidariamente con hombres y mujeres de otros credos nos ayudará a construir nuevos caminos para la paz y el diálogo interreligioso. Os animo a orar incesantemente por los perseguidos y a pedir luz y audacia al Señor para que sepamos ayudarlos. Perseverar en la gozosa experiencia de encuentro con Él en la plegaria y los sacramentos nos invitará a vivir con más intensidad su sueño sobre la humanidad y a disponernos con pasión a colaborar con Él.
Me gustaría que esta carta pastoral y su llamamiento llegasen no solo a nuestras comunidades cristianas, sino también a todos los hombres y mujeres de la archidiócesis con independencia de sus creencias religiosas. ¡Estoy convencido de que lo que hagamos con las personas más vulnerables pone en juego nuestra propia dignidad como individuos y como sociedad!
Que el buen Dios nos ayude a todos a acertar, aquí y en el origen de estas tragedias.
Os quiere y os bendice,
+Carlos
Arzobispo de Madrid
Carta Pastoral del Arzobispo de Madrid con motivo de la Constitución de la Mesa por la Hospitalidad de la Iglesia de Madrid
PISTAS DE REFLEXIÓN
¿Qué realidad contemplamos a la luz de los textos?
¿Qué valores nos proponen?
¿Qué compromiso asumimos?